Me compré esta boquilla por capricho y curiosidad, pues no conocía las Selmer metálicas. Me ha causado muy buena impresión, tanto desde el punto de vista estético como del sonido, que es cálido y bonito aunque, quizás menos potente que el de otras boquillas de similar apertura. Muy adecuada para tocar jazz, pero también pop y otros estilos.